13-04-2014, 03:20 PM
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Les dejo un escrito que realicé el día que terminé con mi relación pasada. Tal vez muchas parejas o enamorados se sientan identificados con muchas de las frases. No lo agrego a literatura ya que no lo considero como tal, simplemente es una expresión de algo que fue amor alguna vez y la desesperación por llenar ese vacío o encontrar respuestas... lo titulé 2190 Días.
Cita:2190 Días (Por IkiCapitan)
60 deben sumar en total las noches que no descansé sólo para ver tu inocencia mientras dormías.
Aproximadamente 5000 veces debemos haber hecho el amor y 25 habrán sido sólo sexo.
Si prolongara todos nuestros besos a un instante serían casi unos 2 días enteros apenas respirando para no detenerme.
11 mas o menos deben ser las veces que perdoné errores imperdonables tan sólo para sentirme el héroe de nuestra historia de amor; y también 11 es tu número favorito.
Casi 50 fueron los kilómetros que una vez caminé durante 6 o 7 horas para verte sólo un instante y luego volver por el mismo camino.
Posiblemente completen 5 meses el tiempo total en el que pensé en vos, aunque aún reservo el resto de mi vida para seguir haciéndolo.
De unas 2190 tardes, sólo te habré hecho reir uans 2000 y llorar unas 30; otras tantas no te pude ver o fingimos indiferencia.
Al menos 1 semana necesitaría para cubrir todas nuestras charlas telefónicas (que admito tal duración me fastidiaba); a eso sumarle unos 700 SMS, 30 cartas y 110 emails de al menos 1000 carácteres cada uno.
Poco más de 14 meses abarcaron nuestras dulces esperas; 2 años lo que aún llevo en construir y/o reparar esa humilde casa al fondo de la de tu padre, en la que mi mente soñó con que allí envejeceríamos juntos (y es que ese sueño en un momento fue real).
Menos de 10 los sueños que dejé mientras más me dedicaba a esa ilusión perfecta.
Algunos años de anhelo y ganas inevitables de llorar cada vez que tenía que despedirte y saber que el día iba a terminar sin vos a mi lado.
Incontables podría decir el número de veces que intercambiamos un "te amo", mientras nos perdíamos luego en la paz y el silencio de nuestras profundamente enamoradas miradas.
Al rededor de 20 las veces explícitas en las que tuve la posibilidad absoluta de serte infiel, sin embargo tan sólo es 1 la mujer que he besado en toda mi vida hasta el día de la fecha.
Creo que sólo un amanecer en el mar, unas 60 cenas románticas y un par de noches que nos embriagamos por un poco de aventura juntos podríamos sumar.
Más comidas hechas por vos que por mí, en las que encontré día a día el sabor de lo que yo personalmente denominaría hogar.
Más de las peores 5174 horas de mi vida, esclavizandome centavo a centavo para alimentar nuestro futuro, deseando segundo a segundo escapar y buscarte, y así al fin huir juntos.
3000 abrazos, 100 caricias, innumerables juegos, innumerables momentos, innumerables recuerdos (algunos capturados en fotos, videos, otros en mi corazón).
8 fueron las canciones que te compuse, aunque cada éxito en cualquier ámbito fue en mayor parte gracias a la inspiración y confianza en mi mismo que ofrecía nuestra relación.
Inexistentes fueron las veces que tuve que volver a fingir no ser yo mismo para no volver a estar sólo.
Todas desde que te conocí fueron las mañanas en las que me desperté completo, satisfecho y agradecido, enamorado de la vida, la naturaleza, inclusive del odio y la miseria (a la que aveces me vi afligido).
35 habrán sido las noches de tormenta y truenos en las que pusiste tu cabeza en mi pecho y nuestros cuerpos desnudos se abrazaron sólo para hacerte sentir protegida... y sin tormenta muchos más.
Se que mi vida puede cambiar; ver lo positivo, que habrá tiempos nuevos; el amor y el arte de vivir, ver que todo continua... ¿Pero cómo hacerlo si todos estos momentos mencionados en cada línea jamás los volverá a compartir, o no al menos conmigo?.
¿Cómo olvidar los mejores 6 años de mi vida, las más cálidas 2190 tardes juntos, las 5174 horas sacrificadas a un futuro imaginario, los días con ganas de llorar de felicidad, las noches filosofando el porque tardé 17 años agónicos en conocerte?.
¿Cómo olvidar que hice las cosas correctas, que tomé el camino difícil, que cargué todo en mi espalda, pero que valía la pena a cada instante que se me recompensaba con tu compañia?.
¿Cómo darse otra oportunidad si la moral lleva a la soledad absoluta, si lo seguro se quebranta, si en un segundo nuestras 48 horas de un beso que podría ser inmortal dejan de tener valor; si el heroe se descubre en un mundo de villanos; si el azar, la lógica y las propias leyes naturales se burlan de tu derruida fortaleza; si inclusive creencias y Dioses ajenos te abandonan; si luchas inclusive contra vos mismo día a día buscando ser mejor persona en un mundo de animales sin alma?.
No es sin dudas mi primer ni mi último desmerecido fracaso, pero para quienes dicen que "todo vuelve" y que "el tiempo dirá", puedo decirles que piensan eso porque aún les falta mucho por aprender hermanos...
Yo no deseo castigo a nadie, nisiquiera si existiese un Dios y se hubiera llevado a lo que hoy sería otra hija hermosa (que es de todas formas un grano de arena más en el asunto), yo aún así sigo deseando lo mejor para todos y no sólo deseando, si no que hago lo mejor para obtener lo mejor, a tal punto que considero imposible arrepentirme de cualquier acto mío en el presente (se que lo considerarán soberbio e hipócrita).
Muchos sacarán a esta altura del texto absurdas conclusiones, como "tenés que conocer gente nueva, salir más, tener más calle".
Toda mi vida intenté seguir el patrón social de los demás, especialmente después de mis 16... hubo tiempos que fingí emborracharme cada fin de semana, fingí tener amigos y reirme de chistes que no le causarían gracia ni a mi hija Rocío; fingí disfrutar del feeling de tener compañeros de bandas; de salir durante un año todos los fines de semanas; de liderar mi propio grupo y de ser un ejemplo; inclusive tuve admirable sociabilidad con mis shows de humor y radio.
Realmente a excepción de mis logros profesionales todo me pareció vanal y absurdo. Jamás lo disfruté, sólo puedo decir que me alimenté de mi "orgullo" que a esta altura es lo único que creo me mantiene equilibrado (no se por cuanto más) y lo único que me llevo de cada experiencia vivida.
Por eso en cierta forma aspiro a desarrollar videojuegos: creo ilusiones, mundos alternativos casi perfectos donde podés sentarte toda una tarde a mirar como cae el agua por una cascada mientras el sol pasa por entre las ramas de los árboles más florecidos, donde las obligaciones son comprensibles al mundo al que pertenecen y sobre todo donde los sueños de cada uno así como la personalidad puede transparentarse.
Por supuesto encontré gente de otras regiones con filosofías de vida similares, genios de el desarrollo. Diría unos 5 entre algo más de 20.000 para ser preciso... todos ambiciando crear ilusiones, como también lo hace la música... ilusiones que permiten levantar murallas que impiden conocerse a uno mismo, que permiten además experimentar el exterior sin miedos.
Sólo menciono todo ésto para explicar algo que nunca puedo explicar con las palabras perfectas: YO SUFRO LA INTELIGENCIA.
Es una agonía, segundo a segundo, algún mes al año también se convierte en jaqueca muy similar a la migraña; me impide relajarme, siempre exigiendo consumirme totalmente insatisfecha; lucha contra el paso del tiempo y jamás se rinde ya que se alimenta de mi propio orgullo... una especie de honor como lo llamaría la cultura samurai.
Aveces se apodera demasiado de la realidad y la manipula como un juguete, cosa que hasta ahora es controlable, pero tengo mis dudas respecto a que tan sano es ello.
Analicé posibilidad de sufrir ezquisofrenia temprana, pero los síntomas no los hallo en un modo considerable como para otorgarme tal enfermedad.
Estudié diversos genios de la historia con el mismo problema, pero a diferencia la mayoría optó por un camino que yo ni consideraría: La rendición.
Tampoco estoy deprimido, ya que intento resolver este enigma, pero veo que nadie se topó con un análisis tan exhaustivo (por más que es obvio, todos tienen su experiencia de vida)... y no hay respuestas, no las hay.
El único motor o motivo que me propulsa es la posibilidad de seguir dándole a la gente (que por cierto en su mayoría no admiro para nada) todo mi ingenio y mi creatividad (la inteligencia es un arma de doble filo, no se porque tantos la envidian). Esta es una forma de ayudar a otros a soñar un rato y superar momentos difíciles.
Quizás ellos encuentren en mis preguntas una respuesta.
¿Cuánto amaré?... 2190 días repitiéndose por siempre.