19-10-2015, 07:28 PM
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¿Cuáles son los detonantes de la crisis?
Hay dos factores: por una parte, la sensación que tienen los palestinos de que el gobierno israelí quiere cambiar el statu quo de la Explanada de las Mezquitas, o Monte del Templo, y por otra, el asesinato de una familia israelí en su auto frente a sus hijos pequeños el pasado primero de octubre a manos de supuestos militantes de Hamás.
¿Cuál es la cuestión de la Explanada de las Mezquitas?
La explanada es el tercer lugar más sagrado del islam tras La Meca y Medina, pero está construida en el área del destruido templo de Jerusalén, lugar más sagrado del judaísmo. Los judíos tienen permisos de orar en el área en horarios especiales, pero dadas las tensiones recientes se ha restringido el acceso a los musulmanes y ha habido desmanes en los que han intervenido fuerzas israelíes. De ahí el temor de un cambio de estatus que Israel niega. Además, algunos diputados ultranacionalistas hablan en sus discursos de que ese es un lugar judío, lo que alienta la cólera musulmana. Para la dirigencia palestina, Al Aqsa está en peligro.
¿Pero ese es el fondo de la crisis?
En realidad hay una gran frustración en el lado palestino luego de que después de los Acuerdos de Oslo de 1993 continúa la ocupación israelí y no consiguen su independencia, a lo que se suman las difíciles condiciones de vida de sus habitantes y la sensación, en el caso de los palestinos de Gaza, de estar encerrados en la ‘cárcel a cielo abierto más grande del mundo’. El proceso de paz no avanza y, a pesar de los esfuerzos de EE. UU., los diálogos no han tenido mayores progresos. Los palestinos están convencidos de que Israel dilata el proceso para avanzar, entre tanto, con la construcción de asentamientos en lo que llaman la ‘política de hechos consumados’.
¿Por qué no avanzan?
Varias son las razones. Por una parte, Israel continuó la colonización de territorios que se esperaba constituyeran el Estado palestino y no ha cesado la ocupación. Para Israel, en cambio, se debe a la falta de voluntad política de la dirigencia palestina, al aliento del terrorismo y a una cultura del odio.
Pero ya Palestina se considera un Estado.
En la actualidad en la ONU tiene el estatus de ‘Estado observador’, no pleno. Pero ante el congelamiento de los diálogos de paz con Israel, la dirigencia palestina ha optado por buscar el reconocimiento por vía diplomática, adhiriéndose a tratados y entrando en organismos internacionales.
¿Lo que pasa es ya una intifada?
Aún no. Se consideraría intifada si hubiera una conducción o un liderazgo claro, una jerarquía o estructura que guiara sobre el terreno las acciones. De momento parece más una revuelta canalizada espontáneamente por jóvenes. Lo claro es que si la violencia continúa, ese liderazgo podría aparecer.
![[Imagen: IMAGEN-16406213-2.png]](http://www.eltiempo.com/contenido/mundo/medio-oriente/IMAGEN/IMAGEN-16406213-2.png)
Fuente: El Tiempo
Hay dos factores: por una parte, la sensación que tienen los palestinos de que el gobierno israelí quiere cambiar el statu quo de la Explanada de las Mezquitas, o Monte del Templo, y por otra, el asesinato de una familia israelí en su auto frente a sus hijos pequeños el pasado primero de octubre a manos de supuestos militantes de Hamás.
¿Cuál es la cuestión de la Explanada de las Mezquitas?
La explanada es el tercer lugar más sagrado del islam tras La Meca y Medina, pero está construida en el área del destruido templo de Jerusalén, lugar más sagrado del judaísmo. Los judíos tienen permisos de orar en el área en horarios especiales, pero dadas las tensiones recientes se ha restringido el acceso a los musulmanes y ha habido desmanes en los que han intervenido fuerzas israelíes. De ahí el temor de un cambio de estatus que Israel niega. Además, algunos diputados ultranacionalistas hablan en sus discursos de que ese es un lugar judío, lo que alienta la cólera musulmana. Para la dirigencia palestina, Al Aqsa está en peligro.
¿Pero ese es el fondo de la crisis?
En realidad hay una gran frustración en el lado palestino luego de que después de los Acuerdos de Oslo de 1993 continúa la ocupación israelí y no consiguen su independencia, a lo que se suman las difíciles condiciones de vida de sus habitantes y la sensación, en el caso de los palestinos de Gaza, de estar encerrados en la ‘cárcel a cielo abierto más grande del mundo’. El proceso de paz no avanza y, a pesar de los esfuerzos de EE. UU., los diálogos no han tenido mayores progresos. Los palestinos están convencidos de que Israel dilata el proceso para avanzar, entre tanto, con la construcción de asentamientos en lo que llaman la ‘política de hechos consumados’.
¿Por qué no avanzan?
Varias son las razones. Por una parte, Israel continuó la colonización de territorios que se esperaba constituyeran el Estado palestino y no ha cesado la ocupación. Para Israel, en cambio, se debe a la falta de voluntad política de la dirigencia palestina, al aliento del terrorismo y a una cultura del odio.
Pero ya Palestina se considera un Estado.
En la actualidad en la ONU tiene el estatus de ‘Estado observador’, no pleno. Pero ante el congelamiento de los diálogos de paz con Israel, la dirigencia palestina ha optado por buscar el reconocimiento por vía diplomática, adhiriéndose a tratados y entrando en organismos internacionales.
¿Lo que pasa es ya una intifada?
Aún no. Se consideraría intifada si hubiera una conducción o un liderazgo claro, una jerarquía o estructura que guiara sobre el terreno las acciones. De momento parece más una revuelta canalizada espontáneamente por jóvenes. Lo claro es que si la violencia continúa, ese liderazgo podría aparecer.
Fuente: El Tiempo