31-01-2017, 11:43 AM
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He notado que algunas personas comen dulce cuando están agotadas físicamente, quizás parezca algo preocupante, sin embargo es algo natural, desde luego siempre se debe ir a realizar una revisión médica para que se asegure del buen estado de salud.
Le comentamos a continuación algunos datos curiosos de esta actitud hacia el dulce, cuando se siente agotado el cuerpo.
Para entender por qué el organismo demanda productos azucarados, la farmacéutica y nutricionista Nuria Suárez González señala que los estímulos producidos por los alimentos causan en nuestro cerebro la liberación de unas sustancias llamadas neurotransmisores, que son compuestos químicos que transmiten la información de una neurona a otra. Uno de ellos es la serotonina, que entre otras funciones fisiológicas regula los estados de ánimo e interviene en el control del apetito. Así, los niveles bajos de serotonina dan lugar a estados de ánimo igualmente bajos, pero también a la necesidad de comer especialmente hidratos de carbono de mayor carga glucémica: chocolate, pasteles, tartas, galletas... «Y es que estos dulces producen un aumento de la concentración de serotonina en los espacios interneuronales que da lugar, a su vez, a la producción y liberación de otras sustancias, las citadas endorfinas».
Según la profesora del curso de Nutrición del Centro Universitario Senac, Tatiane de Olivo, "no siempre las ganas de comer determinado alimento está relacionada a una deficiencia, pueden ser sólo unas ganas más próximas a la gula, o gana emocional, que con el hambre fisiológica".
Dulces en general: Puede ser deficiencia de triptofano en el organismo que desencadena ansiedad, depresión e irritación. "Además de eso, estudios relatan que periodos largos en ayuno inducen una mayor producción de una hormona llamada grelina y ésta conduce al individuo a buscar alimentos de mayor densidad energética", dijo Tatiane. Según ella, la caída de glucosa también provoca que el individuo se acerque a los dulces.
Sin duda alguna es bueno acudir a un médico para que le ayude a identificar el problema, aunque no siempre el asunto esté relacionado a un estado de salud deplorable.
Le comentamos a continuación algunos datos curiosos de esta actitud hacia el dulce, cuando se siente agotado el cuerpo.
Para entender por qué el organismo demanda productos azucarados, la farmacéutica y nutricionista Nuria Suárez González señala que los estímulos producidos por los alimentos causan en nuestro cerebro la liberación de unas sustancias llamadas neurotransmisores, que son compuestos químicos que transmiten la información de una neurona a otra. Uno de ellos es la serotonina, que entre otras funciones fisiológicas regula los estados de ánimo e interviene en el control del apetito. Así, los niveles bajos de serotonina dan lugar a estados de ánimo igualmente bajos, pero también a la necesidad de comer especialmente hidratos de carbono de mayor carga glucémica: chocolate, pasteles, tartas, galletas... «Y es que estos dulces producen un aumento de la concentración de serotonina en los espacios interneuronales que da lugar, a su vez, a la producción y liberación de otras sustancias, las citadas endorfinas».
Según la profesora del curso de Nutrición del Centro Universitario Senac, Tatiane de Olivo, "no siempre las ganas de comer determinado alimento está relacionada a una deficiencia, pueden ser sólo unas ganas más próximas a la gula, o gana emocional, que con el hambre fisiológica".
Dulces en general: Puede ser deficiencia de triptofano en el organismo que desencadena ansiedad, depresión e irritación. "Además de eso, estudios relatan que periodos largos en ayuno inducen una mayor producción de una hormona llamada grelina y ésta conduce al individuo a buscar alimentos de mayor densidad energética", dijo Tatiane. Según ella, la caída de glucosa también provoca que el individuo se acerque a los dulces.
Sin duda alguna es bueno acudir a un médico para que le ayude a identificar el problema, aunque no siempre el asunto esté relacionado a un estado de salud deplorable.