Hace mucho le tengo fobia a los payasos, cada vez que veo uno siento la necesidad de alejarme de el y salir corriendo inmediatamente, esto empezo hace 12 años cuando yo tenia 6 años de edad.

Me llamo Ryuji Midorikawa. Mis padres peleaban constantemente por lo cual mi abuela Yagami decidió que me quedara a vivir con ella mientras mis padres, Haruya Nagumo y Suzuno Fussuke, arreglaban sus problemas, de echo solo peleaban por bobadas, pero ya que los dos son muy tontos sus peleas cada vez eran mas constantes y fuertes.

El primer día que llegue a casa de la abuela me sentía un poco triste por mis padres, aun podía escuchar como se gritaban, después de todo yo era solo un niño y eso realmente me afectaba. Mi abuela siempre me a querido mucho, me llevo a su habitación donde había un baúl con algo de polvo encima como si no hubiera sido abierto en mucho tiempo, mi abuela lo abrió, adentro habían muchas chucherías y cosas viejas pero lo que mas llamo mi atención fue cuando mi abuela saco un muñeco muy extraño del fondo, era la figura de un payaso, pero este tenia algunas deformidades, como que su cuello era mucho más largo de lo normal y era redondo de la parte de abajo, no daba un aspecto gracioso sino llamativo, pero lo que mas llamo mi intención fue la sonrisa que tenia en su cara, un cara completamente pálida y unos ojos pequeños y negros en los que podías observar tu reflejo, labios remarcados con pintura roja muy finamente alrededor de ellos, la abuela me lo quiso obsequiar como un compañero para no sentirme solo, al principio me pareció buena idea así que lo acepte con gusto, ya que me parecía bastante divertido con esa forma de pino que tenia, sin embargo las cosas se vieron feas esa noche.

Antes de acostarme a dormir, jugué un rato con Flappy (así había decidido llamarlo) en mi cuarto, en un momento me di cuanta de que tenia un cordón anudado debajo de su camisa de payaso, al des atarlo me di cuenta de que era una cuerda para que el payaso hablara, no dude en jalar la cuerda pero al principio no paso nada, lo jale un par de veces mas y el muñeco abrió su boca pero lo que salían no eran palabras sino sonidos de rayones, como si un pizarron fuera rasgado con uñas, me asuste y tire a Flappy a una esquina de la habitación aun con ese escalofriante sonido en mi cabeza.

Al otro día le comente a mi abuela lo que había pasado, ella tomo el muñeco y fue a inspeccionarlo a su cuarto mientras yo la esperaba sentado en la sala. De repente ese sonido empezó de nuevo, lo podía escuchar perfectamente desde la sala, trataba de ignorarlo tapando mis oídos con mis manos, después empezó a sonar un poco mas fuerte pero esta vez mas bien como un chillido, era como el llanto desesperado de una señora junto con gritos desgarradores, trate de no pensar en eso y tape mis oídos mas fuerte, de pronto los sonidos se detuvieron y escuche a mi abuela bajas por las escaleras. Bajaba lentamente, paso por paso, estaba muy pálida mas de lo que una persona que no ha comido en semanas debe estar, se me acerco lentamente y de repente empezó a intentar estrangularme violentamente hasta levantarme del suelo, casi me rompe el cuello mientras me gritaba obscenidades y maldiciones, seguido dio un grito desesperado y me soltó, camino hasta un viejo reloj que tenia y con los cristales se saco los ojos mientras estos le chorreaban sangre por todas partes, se corto la quijada desde las mejillas dándole una aspecto cadavérico impactante, luego se tiro al suelo y empezó a azotar su cabeza violentamente una y otra vez contra el suelo, primero vi como se rompía sus propios dientes, luego su nariz, luego su cráneo y falleció desangrada en el suelo de su propia sala, en ese momento yo estaba en estado de shock, después de presenciar aquel acto satánico de sangre solo me quede parado observando el cuerpo de la abuela, entonces solamente subí las escaleras, tome a aquel muñeco y salí caminando de la casa tranquilamente, no llore y ni siquiera produje sonido alguno, solo camine lejos de ese lugar.

Escuche que al día siguiente mis padres encontraron al cuerpo de la abuela, no estoy seguro porque nunca lo pude comprobar, puesto que nunca regrese con ellos y anduve vagando solo por las calles sobreviviendo de lo que podía encontrar y mi único acompañante fue Flappy.... aunque hay algo que me intrigaba de el, en su ropa de payaso, tiene marcadas huellas de color rojo de unas manos, pero no unas huellas normales, eran de manos pequeñas... como si lo hubiera manchado un niño con manos ensangrentadas.

Después de unos 2 años, desperté un día y Flappy no estaba conmigo, me extrañe y decidí buscarlo, por mas que busque no lo encontré, volví al lugar donde lo había visto por ultima vez junto a mi y había una extraña nota escrita con lo que parecía ser sangre que decía: "Ya has pagado tu condena Ryuji ahora debo ir por alguien mas, pero si me buscas o me vuelves a encontrar aunque sea por casualidad, pagaras las consecuencias tal y como lo hizo la tu linda abuela Yagami", despues habia una marca tal y como las que tenia en su ropa, una pequeña mano ensangrentada.

Ten cuidado si algunas vez encuentras algún "tierno" y aparente divertido muñeco, con forma de payaso, pequeños y negros ojos, labios rojos y una inmensa sonrisa, ya que ´ probablemente tu o las personas mas cercanas a ti pagaran las consecuencias.
Por que cuando intentes ecihar la voz de un payaso probablemente solo escuhes El sonido de la Tortura.

Uhmm, muy... decepcionante para mi gusto, solo me gustó la parte de cuando huyó sin más de la casa y dejo a la abuela, que niño miraría a su abuela mientras se mutila y no hace nada?